La vida consiste en equivocarse, cada uno a su manera. -Manuel Vicent-

Es preciso tener un caos dentro de sí para dar a luz una estrella fugaz.-Nietzsche-

La vida es una mezcla de aquello que deseamos hacer con ella y aquello que somos capaces de hacer con lo que ella nos trae.-Sergi Bellver-

sábado, 30 de junio de 2007

Tiempo de estío

Es tiempo de estío, de asueto, de largos días y noches para soñar.
Tiempo de descubrir nuevas tierras, conocer otros mares, mezclarme con distintos vientos.
Andaré de aquí para allá, no os extrañéis si no puedo atender este Área de Descanso como os merecéis, si no dejo mis granitos de arena en vuestros rincones cibernéticos con la asiduidad que me gustaría.

Os dejo, en mi ausencia, un poema que es mi deseo de verano para todos vosotros:


Que los ojos se te llenen del azul de los veranos
que las palabras se hagan canción entre tus dedos
que las olas arrullen tus sueños
y los viajes descosan tus recuerdos.

Yo partiré con ilusiones en los bolsillos
con el futuro en la punta de mis dedos
y el sabor del porvenir en el borde de los labios.

martes, 26 de junio de 2007

Reflexiones de una noche de junio

¿Qué quiero?
La pregunta da vueltas en mi cabeza.
A menudo, a lo largo de mi vida, siempre he tenido más claro lo que NO quería.
Es más fácil saber lo que uno no quiere que lo que quiere.

¿Qué quiero?
No creo que se pueda llegar a una conclusión única o clara, mucho menos a una posible.

¿Qué quiero?
Pensando alguna respuesta me vienen a la mente un par de frases de Nubosidad variable. (Carmen Martín Gaite. Editorial Anagrama)

La primera, a lo largo de los años se ha convertido ya casi en un sentimiento, algo que busco constantemente:

HACER ETERNA LA ESENCIA DE LO FUGAZ.

Un imposible. La propia frase es una paradoja. Pocas veces se consigue. Todo tiende a evolucionar y no se puede parar el tiempo, mantener las circunstancias que hacen posible que uno disfrute de los momentos que vive y prolongarlos tal cual. Las cosas tienden a cambiar, a pasar de una fase a otra. A veces es mejor, otras peor, pero en cualquier caso ya es algo distinto.

La otra habla de los veranos:

Y se sucedían los veranos de oro donde nunca pasaba nada pero siempre estaba a punto de surgir lo inesperado.

La emoción, la expectativa, el no saber qué puede pasar y a la vez creer que cualquier cosa puede pasar. Sensaciones que uno no siempre tiene.

sábado, 23 de junio de 2007

Carta a JOB

Querido JOB:

Supongo que cuando uno ya ha dicho lo que tenía que decir, la propia coherencia exige retirarse a tiempo. Hasta para eso hay que ser valiente. La toma de decisiones nunca es fácil, pero tampoco es errónea. El blog que en su momento decidiste abrir ha cumplido su misión. Catártica, quizás. Comunicativa, también. Queda ese legado: para tu hijo, para ti y también para los que te hemos leído y, en mayor o menor medida, te hemos acompañado durante algunos días de tu vida.

Ahora decides que ese tiempo ha concluido para ti: que ya no tienes nada más que decir, que tu misión es otra. Egoístamente, desearía que no abandonaras, que no nos dejaras sin tus palabras, sin tus dudas, sin tu grito al abismo, sin tu sabiduría, sin tu ternura. Lo mismo sentí con otros amigos del blog que en un momento u otro sintieron que debían tomar esa decisión: Eristos, Malena, ESTOICO, Tammara (a los que también dedico esta carta). Se lo dije a ellos en su día y ahora te lo digo a ti, retomando una versión algo libre de un poema de Cavafis:

Cuando el viaje emprendas hacia Ítaca
haz votos porque sea larga la jornada.
Llegar allí es tu destino.
No debes, sin embargo, forzar la travesía.

Querido JOB, si tu destino es abandonar el blog durante una temporada, o tal vez para siempre, debes cumplirlo. Tratar de acortar el camino no suele ser la mejor manera de llegar.

Tanto en tu blog como en tus comentarios en otros blogs has demostrado una gran generosidad. Ahora mereces que te sea devuelta. Y, sin embargo, egoístamente desearía retenerte, que te quedaras. Porque leerte se me ha hecho necesario, como me pasa con los amigos nombrados arriba y otros, que ya sabéis quiénes sois por mis visitas a vuestras páginas. Porque llegar hasta vosotros hace mejores mis días: les da un sentido que no siempre encuentro y hace que me olvide de mí para volcarme en historias ajenas, en poemas que me hacen soñar, en retazos de vida que unas veces provocan mi risa, otras mis lágrimas, en ocasiones mi melancolía o mi recuerdo, pero que siempre me dan una razón para seguir adelante.

Hablamos mucho del amor, pero qué mal lo entendemos. Decimos que amamos a los hijos, a la pareja, a los padres, a los amigos. Pero a menudo, bajo ese amor que proclamamos profesar sólo somos capaces de mostrarnos egoístas, proteccionistas, posesivos, celosos, paternalistas. Qué difícil amar con libertad y generosidad. Hace falta mucha madurez, mucha solidez personal e intelectual para lograrlo y aún así, al final se impone la necesidad, o la dependencia, o la exigencia de dar y recibir afecto.

Creo, JOB que eso es lo más bonito que puedo ofrecerte en este momento: libertad y generosidad. Olvidarme de mí y pensar en ti. Desearte suerte y felicidad, a través de estos versos de Luis García Montero:

Que tengas un buen día,
que la suerte te busque
en tu casa pequeña y ordenada,
que la vida te trate dignamente.


Mil besos, caricias y abrazos: dispón de ellos sin medida cuando te hagan falta.


Fdo: Una amiga.

jueves, 21 de junio de 2007

Así es la vida (A mi manera)

No me gustan las expresiones del tipo: “Así es la vida” o “Son cosas que pasan”. Yo raras veces las uso. Denotan un cierto derrotismo, un rendirse ante las circunstancias, el recurso fácil y cómodo de echarle la culpa al azar, al tiempo, a la vida, a los otros, para no tener que pensar, que actuar, que tomar decisiones. Una actitud determinista que nos exime de cualquier responsabilidad sobre lo que nos pasa. Un argumento que lleva a convencernos de que los acontecimientos externos, sobre los que aparentemente no tenemos ningún poder, son los que nos condicionan. ¡Ah, se siente! Nosotros no podemos hacer nada. Así es la vida. Son cosas que pasan.

¡NO SEÑOR! ¡CLARO QUE NO! Eso es resignarse, rendirse, claudicar. Sólo la muerte, la enfermedad y quizá el paso del tiempo son cosas contra las que es inútil luchar. Pasan y ya está. Pocas cosas más hay que no tengan remedio, o contra las que no debamos luchar, tomar postura, intentar inclinar la balanza a nuestro favor, tratar de cambiarlas si no nos gustan. Resignarse no es valiente, y no conduce a nada. La vida no es de ninguna manera, cada uno debe ser capaz de afrontar la suya tal y como la quiere vivir, y luchar por escribir su propia historia. Asumir lo que nos va pasando y tratar de aprender de ello. Afrontando compromisos, responsabilidades y consecuencias de nuestras propias decisiones, de nuestros actos. Sin determinismos ni frases hechas para exculparnos ante los demás. Así es la vida. Son cosas que pasan.

Si hay que elegir alguna frase hecha o ajena, me quedo con la letra de la canción de Sinatra:

I ´ve lived a life that´s full.
I´ ve travelled each and every highway,
But more, much more than this
I DID IT MY WAY.

viernes, 15 de junio de 2007

Al hilo de Grey (II)

Me pregunto si crecer no consistirá en acumular secretos y ocultar intimidades.
A los 15 se lo contaba todo a mi madre.
A los 20 lo compartía todo con mis amigas.
A los 25, con mi pareja.
Ahora, a los 30 y pocos tengo un blog, con un seudónimo y múltiples personalidades que ocultan mi identidad oficial.
Aquí cuento lo que hurto a los que me rodean.
Lo que nunca enviaré a sus destinatarios naturales.
Lo que nunca me atrevería a publicar con mi nombre.
Y eso lleva a otra pregunta: ¿quién soy yo en realidad?
¿Es mi verdadero yo el que muestro en mi vida cotidiana o este que oculto bajo cuatro palabras?.
Lanzo mi botella con estas preguntas en el aire, con una última reflexión: cuantos más años y experiencias acumulo, más escondo.

miércoles, 13 de junio de 2007

Al hilo de Grey (I)

Me he enganchado a Anatomía de Grey hace poco. Vi algunos capítulos sueltos el verano pasado, pero los jueves a esa hora no suelo estar en casa y decidí que no quería encadenarme a otra serie más, ni acumular cintas de video (ya tengo bastante con acordarme de grabar Urgencias que ponen los fines de semana a las 2 o las 3 de la mañana, y El ala oeste de la Casa Blanca, los viernes a las 12) y con los capítulos de la 4ª temporada de Everwood bajados del Emule.

Sin embargo he sucumbido. Y me grabo los tres capítulos todos los jueves. Como repiten los de otras temporadas, me voy enterando de las historias de cada personaje. El otro día, la reflexión inicial de uno de esos capítulos (era de los repetidos, creo) me caló de manera especial. Y ahí me tenéis, con un boli y un folio, venga a darle a la pausa y al rebobinado, copiando esas frases que corroboran lo que de alguna manera ya sospechaba. Las comparto con vosotros, porque creo que merecen la pena y que desvelan algo que a menudo no se suele decir en voz alta.

Después de meditarlo mucho y de muchas noches en vela he llegado a la siguiente conclusión: los adultos no existen.
Nos mudamos, dejamos atrás a nuestras familias y formamos la nuestra.
Pero las inseguridades de siempre, y los miedos de siempre, y las viejas heridas siguen creciendo en nuestro interior.
Y cuando creemos que la vida y las circunstancias nos han obligado a convertirnos de una vez por todas en adultos, vemos que no.
Crecemos, somos más altos, más mayores, pero en general seguimos siendo unos niños que corretean por el parque intentando encajar desesperadamente.
He oído que es posible madurar. Pero no he conocido a nadie que lo haya hecho.

sábado, 2 de junio de 2007

Perdida en la traducción

Noche de viernes feliz.
Sola, a solas conmigo y con placentera sesión televisiva.
Lost in translation y El ala oeste de la Casa Blanca.
Té de hierbabuena y la luna llena al otro lado de la ventana.
¿Se puede pedir más?

Yo también estoy en Tokio, con Scarlett/Charlotte y Bill/Bob Harris desubicada en un mundo que no siento mío. En tierra de nadie, sin entender nada, ajena al lenguaje que hablan los demás, perdida en la traducción.


-No volvamos aquí jamás, porque no será tan divertido (...)
Estoy perdida, ¿tiene arreglo?

- Cuanto más sabes quién eres y lo que eres, menos te afectan las cosas.


- Es que aún no sé lo que quiero ser (...)

- Ya lo averiguarás. No te preocupes por eso. Sigue escribiendo.

- Pero es que soy mala.

- Eso es lo bueno.


Esta noche me siento un poco menos sola.
Horas de plenitud: no necesito nada más. Las disfruto y soy consciente de ello.
Esta noche todo encaja.
Mañana será otro día.