Existe un blog que se llama
"Afinidades Narrativas", en el que autores de narrativa en castellano nombrados por otros son invitados a participar. Yo fui nombrada por María Zaragoza y así comienza el relato publicado:
LA ÚLTIMA NOCHE De esta noche no pasa, piensa Lucía, pero sabe que le falta el valor. Mira por la ventana y el odio regresa junto al mismo paisaje aburrido de ropa tendida. Los tangas de colores de la estudiante de enfrente le recuerdan que hace no tanto ella también fue joven, que tuvo amantes y tal vez otros sueños. No estos de ahora, sueños en blanco, insomnio maldito de nunca descansar. Alerta de día y de noche, y la calma cuándo. Un perro ladra y a ella le vuelven las ganas de matar, de ahogar esos aullidos que nunca cesan. El patio abajo, la tentación y el vértigo del ya nunca más. Parece fácil pero no lo es. Luis está a punto de llegar del trabajo y hace tiempo que Lucía no le espera. Se agotaron las ganas de tener la casa limpia, los platos fregados, la ropa recogida. Y los vestidos nuevos, y la mirada de rimel, y la sonrisa disparada en rojo. Ahora las colillas abandonadas en los ceniceros pudren el aire y las marcas de las patadas en las paredes que no se borran. La ceniza ha prendido en las cortinas, siempre echadas para que nadie vea. De puertas para adentro cada casa es un universo de impunidades. Lucía desearía hacer un nudo con sus pensamientos y atarlos bien fuerte, hasta dolerle las manos, los nudillos blancos de tanto apretar, y arrojarlos al retrete hasta verlos desaparecer en un remolino de agua revuelta con olor a pino. En vez de eso bebe otro trago de vino áspero y enciende un cigarro. El último, se dice, y no le importa mentirse una vez más.
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