Queridas amigas:
Hace tiempo que os quería escribir una carta. Os escribo a las tres porque os considero como mis “hermanas mayores”: atesoráis la sabiduría de la experiencia, la templanza de los años y el manual de los buenos consejos para todos. Como escribió un buen amigo mío: “Los amigos son la única familia que nos permitimos elegir”.
Malena, fuiste la primera a la que adopté. Por estar ahí desde el principio (Ripple-Mark, Dashina, Mi Chica y tú fuisteis de mis primeras visitas, y ahí seguís, gracias), por tus sabios comentarios, todavía me acuerdo del primero: "No saques a los fantasmas de sus tumbas ni pongas en sus labios palabras que jamás dijeron, porque corres el riesgo de amar más a los fantasmas que a las personas que ellos existieron". Al leerlo lo único que pensé fue que era justo lo que necesitaba leer; que tal vez había escrito el post reclamando una respuesta como la que tú me diste. Esa sensación se ha repetido muchas veces. Como la hermana mayor que ya ha andado los pasos del camino y enseña a los que vienen detrás, con el mismo amor de los padres pero desde la cercanía de la amistad fraternal. Tus rosas, tus jardines zen, tus reflexiones, siempre son refugio y oasis de paz. Tu generosidad se refleja en tu número creciente de visitas. Eres necesaria para muchos de nosotros y eres consciente también de que la amistad, como los jardines, hay que cuidarla. Tu atención a los detalles brilla en todo lo que haces. Y nos ilumina a los demás.
Viento, llegaste por sorpresa un día y desde entonces no has dejado de soplar. Tu aire fresco, siempre atento, airea mi tierra, limpiándola de lodos y malas hierbas. Tus comentarios son auténticos regalos. Tus versos destilan sensibilidad; la belleza de tus palabras llega hasta el alma. Como dejé escrito en vuestro blog conjunto: las inteligencias se reconocen y las sensibilidades también, y a veces se produce el milagro de que llegan a unirse. Vosotras sois un tándem perfecto. Y necesario.
Maribel, has sido la última de las tres en aparecer, trayendo tus palabras y tu amistad. Llegaste para quedarte, mostrando y demostrando tu fidelidad un día tras otro, y ofreciéndome un regalo que no puedo olvidar. Nunca imaginé, aunque lo haya soñado muchas veces, que mis textos puedan influir en alguien hasta el extremo de inspirar un poema tan bello como el que tú me dedicaste. Y que a su vez ese poema diera lugar a comentarios que llegaron sin yo pedirlo, pero que me llenaron de emoción.
Sin haberos visto nunca formáis parte de mí.
Hoy tomo las palabras de otro para expresaros mi agradecimiento y mi amistad. Es uno de mis poetas favoritos, Jaime Gil de Biedma. He tomado algunos fragmentos de un poema titulado “Amistad a lo largo”, que creo que expresa lo que sentimos muchos “blogueros”. Aquí van, para vosotras y para muchos otros amigos del blog:
Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad.
Mirad:
somos nosotros.
Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía.
Llegaban noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras (...)
Sólo quiero deciros que estamos todos juntos (...)
Quiero deciros cómo todos trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos con los otros
en el rincón hablamos, tantos meses
que nos sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.
¡Ay el tiempo!. Ya todo se comprende.
Jaime Gil de Biedma. Amistad a lo largo.
Antología Poética. Alianza Editorial.