La vida consiste en equivocarse, cada uno a su manera. -Manuel Vicent-

Es preciso tener un caos dentro de sí para dar a luz una estrella fugaz.-Nietzsche-

La vida es una mezcla de aquello que deseamos hacer con ella y aquello que somos capaces de hacer con lo que ella nos trae.-Sergi Bellver-

miércoles, 31 de diciembre de 2008

31 de diciembre de 2008




Despido el año en una playa de invierno. Desde la cama veo el mar. Palmeras, arena y el mar, gris pero en calma. Y me siento a salvo. Sin urgencias, sin la estridencia de las grandes expectativas. Simplemente a gusto. En paz.

2008 se acaba y es tiempo de echar la vista atrás, de hacer balance, de sabernos un año más viejos, más sabios, distintos pero no tanto. Es tiempo también para la esperanza, para los deseos, para los propósitos de todo tipo con el año que empieza. El mismo ritual de todos los años, y tan diferente cada vez.

Repaso 2008 y sé que no empezó en enero, sino en marzo, una noche de sábado en la Tetería de la Abuela, congregados por Carmen, en la que se empezaron a abrir puertas, amigos, mi nueva vida de ahora. Portazo, por fin, a lo de atrás. Aunque yo entonces no lo supiera aún, aunque no pudiera saberlo.

En abril, mes de nacimientos, el Bremen, que no es otra cosa que sus tripulantes, quienes lo hacemos posible. Y de nuevo ilusionarse por algo, y tener motivos para muchas cosas. Y sentir abrirse el mundo, y encontrar un lugar. Llámese cueva, llámese miércoles, llámese amigos.
Y volver a ver fútbol, después del Mundial de 2006, después de.

Y un verano, por fin. Y regresar a la ciudad del viento con nuevos ojos, y conocer el Pay-Pay, una noche de estrellas casi perfecta en las ruinas de la playa de Bolonia (y las noches de después, aunque no todavía entonces), y la alegría, y la esperanza, y un hombre con manos de pianista y risa inolvidable que hace tortitas para desayunar, y las ganas de volver.

Y un otoño sin tristeza, con la nostalgia justa, sin necesitar más, aunque tampoco menos. Calma interrumpida a finales de octubre, una semana para olvidar, la vida y la muerte en tres días, de repente las ineludibles certezas de la realidad, y pérdidas que asumir aunque no se quiera.

Y el invierno crudo y frío, pero yo dentro. Viendo la vida fuera, esperándome. Y dispuesta a recibir 2009 en pie, con estas fuerzas de ahora, con lo que quiera traer.

Y dispuesta, también, a seguir sumando amigos dentro y fuera del blog. A seguir poniendoos cara, cuerpo y voz a algunos, como este año (Adrián, Sergi, Ana), a esperar hacerlo, algún día, a otros.

A seguir descubriendo a artistas como Kico Gómez, Pablo Ager, Andrés Suárez, Jorge Marazu, que han puesto banda sonora a este año.

A todos, gracias. Por estar, por dejar huella, por mantener vuestros blogs, que ya forman parte de mi vida.

FELIZ 2009

domingo, 21 de diciembre de 2008

Lo que vuelve por Navidad


¡FELIZ NAVIDAD!



PARA LEER CON LA MÚSICA


Un diciembre más, el ritual de poner el belén, de adornar la casa. Y me sigue haciendo ilusión. Hay tradiciones familiares que nos anclan a la infancia, al hogar, a las seguridades de lo que vuelve año tras año haciendo que el tiempo se detenga. Me hace ilusión esta rutina y, por un día, no me importa sentirme inocente y un poco ingenua. Vuelvo a la niñez de las horas en blanco, de las cosas simples, de los macarrones con los amigos. Vuelvo a las mañanas en pijama de franela de las vacaciones de navidad, a la lotería en la tele, al turrón de chocolate Suchard, a llorar con el anuncio de El Almendro. Aunque ya no tome turrón, ni siga el sorteo de la lotería, y apenas vea la tele. Vuelvo a tener diez años, a descubrir Juvenalia, a las tardes de cine y castañas asadas, a la bufanda con borlas, a los abrigos de colores y las manoplas sin dedos. Vuelvo a la plaza mayor con mi perro de peluche y mi gorro de lana,



a los nervios que anticipan regalos, a montar la ciudad de Lego. Aunque mi belén de ahora no sea el de entonces, aunque haya puesto belenes en cuatro casas distintas. Aunque entre medias, la Navidad fuera ir a la Plaza Mayor de botellón, destrozar un Burger King, inflar condones como si fueran globos en la capilla del colegio mientras sonaba el lo estás haciendo muy bien de Semen Up, adolescencia en vena. Y la primera Nochevieja, y desayunar churros con chocolate, y las Nocheviejas de después, y John Denver en el walkman bajando de la sierra, el 1 de enero del 94. Y el té de navidad con galletas de la suerte vestida de mafiosa cuando la mafia no estaba de moda, y el mercado de artesanía de Recoletos con mi madre. Y los viajes a Móstoles en el coche de autoescuela, aprendiendo a conducir. Y cenas en familia de veintidós personas que yo jamás había vivido antes, y cenas de empresa atípicas siempre, langostinos con champán a las cinco de la mañana. Y el roscón en Embassy. Y el nuevo año desde hace unos pocos, en terrazas al sol y al lado del mar. Voy creciendo, parece. Pero el ritual del belén me vuelve a ilusionar. Y sé que hay inocencias que no quiero perder.



martes, 16 de diciembre de 2008

Madrid trampa



Madrid es una trampa. Coches, autobuses, vagones de tren y metro. Jaulas en las que pasamos la vida, en las que se nos pasa la vida. Cada desplazamiento es una pérdida de aliento, tiempo que muere. Leemos, escuchamos música, pensamos, dormimos, garabateamos ideas en cuadernitos o moleskines para que todos esos instantes de vida no parezcan perdidos. Fragmentos de nosotros que quedan suspendidos entre un lugar y otro, en el aire de esta ciudad que nos mata y nos da la vida.



Plaza de Cibeles. 2008.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Improvisación (desde dentro)




Desde mi ventana, esta mañana



Confeti de árbol en expansión.

Furia en sepia.
Fiesta de hojas tras la ventana.
Alfombra para el asfalto.
Otoño desde el otro lado del cristal.
Viento que se intuye y no duele.
Donde no puede tocarse,
donde no puede sentirse.
Lo desapacible FUERA.
Aquí, sólo la calma.


jueves, 11 de diciembre de 2008

Espejo



Yo no soy tan fuerte. Ni tú tan bueno.


Yo no soy tan dura. Ni tú ingenuo.

Es mentira que yo no sea capaz de hacerte daño.

          Tal vez tú no me quieras tanto.

Nunca acabo las frases que te mereces.

          Tú sólo escuchas lo que quieres.

Búscame en las cosas que no digo.

Y después rompe este poema.

Mis pedazos no pueden herirte.

          Juzgaré tus actos más que tus palabras.

Y ahora, vete en paz.


martes, 9 de diciembre de 2008

Puente en Madrid

Puente de planes improvisados y confortables, a pesar de la lluvia. El sábado logré esquivar, aunque no del todo, la marea humana en la que se convirtió el centro de Madrid, carne de telediario. Aglomeraciones bajo las luces, anticipo de navidades de crisis pero sin privaciones, que viva el consumo que, en el fondo, es lo que nos mantiene. Desde el autobús, Atocha, Paseo del Prado, Neptuno, Cibeles, no pude saltar por encima de los coches, de capó en capó, sorteando el atasco, como hubiese deseado. Llegué tarde a la boca de metro equivocada, quise mojarme bajo una lluvia tenue, después de mil vueltas por fin se produjo el encuentro, en plena plaza de Cibeles. “Esta lluvia no es seria”, dijo el chico norteño, que soportó la espera y mi imprecisión con educada paciencia. Le di la razón y callejeamos Madrid de manera acelerada, con algo de nocturnidad húmeda pero sin alevosías ni excesos. Cumplí como cicerone despistada y leve, con pinceladas de guía turística pero no demasiado explícitas. El Café Gijón, la Biblioteca Nacional, Bárbara de Braganza arriba, hasta Fernando VI, intento frustrado de entrar en el Búho Real, parada en el Zanzíbar, mojito y cerveza negra, el último disco de Nacho Vegas y más cosas, qué obsesión la mía por los tíos con los que se lía Christina Rosenvinge, la no conveniencia de leer a Borges, pues yo prefiero a Cortázar, leéte Bienvenido Bob, cómo mola Andrés Suárez, me suena Pablo Ager, ¿prepara nuevo disco Pablo Moro?, creo que Calamaro y Nacho Vegas preparan algo juntos, ¿qué te ha parecido lo último de Chaouen?, estoy componiendo canciones, tendencias sexuales mixtas camino de Chueca, Calle Belén hasta Libertad 8, entramos y salimos indemnes del local, hasta Huertas – Círculo de Bellas Artes, las Cuevas de Sésamo, Teatro Español, Plaza de Santa Ana -, qué decepción, las letras del suelo no son de Bukowski, más intentos frustrados en La Trocha y en La Fídula, acabamos en el irlandés donde acabo siempre, más cerveza, de pie en la barra, poemarios inéditos y novelas acabadas, nuevas vidas o continuar con las de siempre pero de manera distinta, veranos felices, otros tiempos, el futuro está delante y nunca detrás, pragmatismo admirable, metáforas de montañas y bosques y gente que camina junta a pequeños trechos. Más lluvia fuera, noche corta y agradable que no da más de sí ni falta que hace, pues a ver si mañana voy al Rastro, es la línea 5, la verde, te acompaño al autobús, aquí está el metro, un placer, qué alegría, gracias por llamar, cuidate, te mandaré algunos poemas, vuelve por Madrid, ciao, adiós.

El domingo lluvioso con furia, luz sucia y gris, comida deliciosa prolongada hasta la madrugada en una casa acogedora de paredes naranjas con vino blanco y una mujer inteligente, divertida, interesante, dulce, valiente, elegante, con ganas de contar y compartir historias mágicas, momentos surrealistas, risas, fotos de una vida, de cuando el pelo p´atrás y desde entonces con el pelo p´alante, como debe ser, videos de you tube, intentos de introducirme en tendencias flamencas con escaso éxito debido a mi tozudez, Damien Rice cantando sobre mujeres que dibujan elefantes, Ben Harper, ese sí, vaya descubrimiento, un cd que es mucho más que un puñado de canciones, que es una tarde maravillosa, tan a gusto, pasando las horas, la del café y las galletas, cantautores mezclados con la biografía, círculos azarosos de mundos que son pañuelos, más vino, las doce y media ya, y sigue lloviendo, pero ha sido un domingo muy feliz, simple y feliz, qué difícil eso, historias que no hagan daño, historias de película que a veces existen en la realidad, cuarenta y ocho horas que te dan la vuelta, que lo transforman todo de repente sin pensarlo y sin pedirlo, gracias, niña, por tus historias, por tu generosidad, por tus ganas, por tus dudas y a seguir p´alante, siempre p´alante, con la cabeza bien alta, porque sí, recordando siempre que la vida es eso, simplemente así, nada más, fuera dramas, inseguridades las justas, que siempre hay gente dispuesta, donde menos lo esperas, que el primer paso es el difícil pero luego los caminos se multiplican. Chin, chin, este brindis es por ti. Y la canción, claro.


martes, 2 de diciembre de 2008

Diálogos magistrales (I)


Este es uno de mis diálogos favoritos.

El de Federico Luppi (Fernando Robles) con María Fiorentino (Tutti Tudela) en Lugares Comunes (Adolfo Aristarain, 2002, España-Argentina).
Un juego verbal brillante, un combate dialéctico inteligente que uno disfruta con la boca abierta. Es un diálogo irreal, pero tan verosímil que uno desea encontrarse con una mujer como Tutti y a la vez responder tan hábilmente como Fernando y que ella comprenda de esa manera. En fin.

Gócenlo.

(Para los que no puedan y/o quieran ver el video, lo transcribo, aunque realmente merece la pena escucharlo)




Fernando: Creo que usted sabe mucho de perfumes.

Tutti Tudela: Ummm, casi tanto como usted de mujeres. Con una sola mirada, muy discreta, me examinó de arriba a abajo y creo que no le pareció nada mal lo que veía, ¿me equivoco?

F.: O usted es muy sabia o mi mirada está perdiendo la discreción, tal vez porque no esperaba encontrarme con alguien que despertara en mí un inequívoco sentimiento de lujuria.

T: Usted también es una presa que una mujer sin prejuicios estaría muy dispuesta a conquistar.

Carlos (amigo de Fernando): Si quieren sigo yo con las fotocopias y ustedes se van a tomar un café o algo...

T: A mí me quedan unos cuantos prejuicios. Este momento no debe pasar de ser un intercambio muy agradable de elogios eróticos. Puro coqueteo entre dos personas con mucha experiencia.

F: Experiencia no implica conocimiento... Yo no sé nada de mujeres.

T: Eso es una mentira elegante, un caballero no habla de ciertas cosas.

F: Las pocas mujeres que conocí en mi vida, las admiré, las observé e intenté descifrarlas...., nunca dejaron de ser un misterio, nunca dejaron de sorprenderme.
Creo que lo único importante es disfrutar de su presencia. No me di cuenta enseguida, pero.... un tiempito después aprendí a escucharlas, a valorar los silencios, las miradas, esos momentos en los que parece que no pasa nada y pasa un mundo.
Aprendí a respetar su intuición, su inteligencia.... y aprendí a amarlas.

T: Le quiero advertir que el nivel de mi defensa se está bajando peligrosamente. No se puede decir esas cosas así... como si nada.

Carlos: Yo me voy, te espero en el coche... (hace gesto de irse pero sólo se aparta un poco).

F: Llevo 40 años casado con la misma mujer y le soy fiel.

T: No soy chismosa, no es necesario que me mienta.

F: No le estoy mintiendo. Nunca me obligué a serle fiel a mi mujer. No es una norma o pacto a respetar. Con Lili, con mi mujer, siempre dijimos que si alguien se cruza con alguno de los dos... mala suerte, pero sin mentiras.
Estamos juntos porque queremos, nadie nos obliga, nos obliga ser leales.
Ninguna de las mujeres que conocí después de Lili le puede ganar. No... Las miro, las puedo admirar, me puede asombrar encontrarme con alguien como Tutti Tudela, pues yo estoy abierto a lo que sea, por lo que pueda pasar.
Pero no hay caso... Lili gana.... Lili siempre gana.

T: Tengo la.... sensación... de que cuando habla de mujeres... está hablando de una sola mujer.

F: Sí, puede ser sí.

C: Debo advertirle, mi querida Tutti que el discurso de mi amigo es una gran mentira, magistralmente armada para seducir mujeres hermosas como usted.

T (hablando a Luppi): Me gustaría mucho conocer a su mujer.. quiero dejar de ser discreta por una sola vez y contarle todo lo que usted me dijo. ¿Ella lo sabe?

F: Nunca se lo dije, pero.... Lili.... qué sé yo!!!! nunca se le escapa nada.

T: Dígaselo.

F: No sé si puedo... Por ahí se lo escribo...

T: Eso también estaría bien.... pero hágalo pronto... Esa mujer no se merece que la hagan esperar tanto.