La vida consiste en equivocarse, cada uno a su manera. -Manuel Vicent-

Es preciso tener un caos dentro de sí para dar a luz una estrella fugaz.-Nietzsche-

La vida es una mezcla de aquello que deseamos hacer con ella y aquello que somos capaces de hacer con lo que ella nos trae.-Sergi Bellver-

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Cita en Amsterdam


Después de Ámsterdam, nada volvió a ser lo mismo. Aquel viaje fue extraño, desde el principio. Me citó en la ciudad a la que tantas veces habíamos planeado ir juntos y yo acudí, convencida de que nos merecíamos una segunda oportunidad. En Madrid, la luna llena me despidió de madrugada, a través de la ventanilla de un taxi que cruzaba veloz la noche de verano para llegar a tiempo al aeropuerto. Desde el avión, llegando ya a Schiphol, una visión de oro, imposible desde cualquier otro lugar: el sol reflejado en el agua del mar, de los ríos, de los canales. Destellos amarillos, rojos, naranjas, deslizándose, escapando, jugando entre el agua, como el oro que se destila en el molde. Tomamos tierra en un aeropuerto ajeno, de largos pasillos. Él me esperaba al final de uno de ellos, con una maleta roja. En aquel lugar de nadie, el futuro parecía posible y mi sonrisa contra la suya tuvo algún sentido.


La Estación Central me pareció una estación de cuento, demasiado dorada para tomarla en serio y me pregunté si allí paraban los sueños. Al otro lado de la ciudad, donde las casas de ladrillo rojo y puertas blancas se inclinan sobre los canales, entre aromas de charca y arenque, el silencio de los puentes y las barcas no presagiaba nada bueno.

En un coffee-shop del barrio rojo brindamos por nuestro reencuentro, pero ni el humo de la marihuana sirvió para vestir de verdad nuestras risas. En el agua verde de los canales no había ranas que besar y el mar gris de La Haya no reflejó nuestros rostros tristes, imágenes de un amor que se intuía ya póstumo.

En el Nemo, el cielo se adornó de estrellas que cubrieron la ciudad flotante y miles de ventanas parpadearon en la lejanía. De tan bellas hay visiones que duelen. Temblé de frío y de angustia y deseé un abrazo que no se produjo. Después comenzamos a andar y él me cogió de la mano. Debajo de una farola intuí un destello afilado en su mirada, que no supe interpretar. “Cuando los ojos se llenan de asombro no hay consuelo para la melancolía”, fue lo último que pensé. No me dio tiempo a decírselo. Ni un grito salió de mi boca mientras me clavaba el cuchillo en el vientre, aunque estoy segura de que mis ojos se abrieron más que nunca, sin comprender. Supongo que el agua estaba fría, pero ya no la sentí.

Desde entonces le persigo, buscando una explicación, pero él finge no verme. Empalidece, tiembla y hay miedo en sus ojos, aunque no dice nada. Y yo sigo vagando entre los canales de esta ciudad fantasmal, esperándole en el lugar donde todo cambió.







Publicado en la Revista Muchoviaje en enero de 2006

25 comentarios:

Jordi Roldán dijo...

En lugar de avión deberías haber conducido tu avioneta hasta Holanda, te hubiera permitido salir volando a demanda.
Si vuelves, o ya has vuelto al escenario del crimen, te habrás dado cuenta que los fantasmas han hecho una tienda de campaña y viven allí de okupas de forma permanente. Yo lo he comprobado, y cada vez son más. Me ha gustado esta serie "amsterdamniana". Mucho "sentimento".

Maribel Sánchez dijo...

Hola mi niña grande, he visitado el enlace que me dejaste, y me gusta lo que he encuentro, al igual que me gusta este que te leo ahora y como todos los que te he ido encontrando en tu blog.

Besos grandes y gracias por todo.

Dashina dijo...

No esperaba yo este relato, sino una de tus magníficas descripciones. No obstante he sentido un escalofrío recorrer mi espalda, por la sorpresa, por la historia.

Si algun día visito Amsterdam, dame el nombre de la cafetería para dar un poco de compañía al fantasma.

Besos

AQ dijo...

Las ciudades con historia son bonitas de visitar, las de ciudades que conforman tu historia forman parte de tu vida.

Yo siempre tendré algo de Paris, por ejemplo. Tú siempre algo de Amsterdam.

Muy bueno. Nunca supe porqué pero tienen un encanto las historias que puedo situar en un lugar.

Un beso.

Malena dijo...

Las ciudades son siempre escenarios de amores y desamores pero en tu historia me han impactado unas letras que llegan muy hondo, como un cuchillo:"Cuando los ojos se llenan de asombro no hay consuelo para la melancolía".

Creo que el personaje no murió de una cuchillada sino de un amor que no llego a afianzarse.

Precioso, Etdn.

Un beso.

Sandra Garrido dijo...

Aunque triste , hermoso relato, pues le has puesto mucho sentimiento, tantas historias así que cualquiera podría sentirse identificado, desde el principio intuyes esa puñalada , pero el amor no te deja verla hasta el final, la incertidumbre, el porqué de aquella huída sin explicación es la causa de esos fantasmas que aun pasea por las calles de aquella ciudad.

Un abrazo

ETDN dijo...

Gracias, Fleischman. Insisto en que es una ciudad que te gustaría. Ya no sé si son mis fantasmas los que me persiguen o si soy yo la que voy en su busca.

ETDN dijo...

Maribel: qué alegría encontrarte de nuevo en mi casa, que es también la tuya.

besos desde el área de descanso

ETDN dijo...

Dashina, gracias. Resulta increíble, pero en los cuatro dáis que estuve no pisé un coffee-shop. Está claro que no fui con las compañías adecuadas.

un besazo

ETDN dijo...

Tienes razón, Agus.
Quedan muchos destinos pendientes en Europa, y en España.
Quizá mi próximo viaje sea al norte.

bss

ETDN dijo...

Querida Malena: Por algo eres mi hermana mayor. Siempre he considerado esa frase la mejor del cuento. En realidad forma parte de un poema y la trasladé al relato porque me encantaba.

Y sí, has acertado plenamente. Amsterdam fue el escenario de un amor que nunca fue. Quizá por eso no puedo olvidar ese viaje, ni esa ciudad.

Un besazo y un abrazo, este invierno viene frío por fuera y algo también por dentro. Te transmito un poquito de calor.

ETDN dijo...

Sandra:

Me alegro de que te haya gustado. Tú también has captado la esencia del relato. El amor nos ciega, nos empeñamos en él aunque sepamos que nos va a destruir. Pero merece la pena intentarlo, en cualquier caso.

un besazo

Yo-X dijo...

Anda la ostia, yo pensaba q tabas contando una fabula sobre asterdam y luego ai final dramatico con historia punzante!! (esto es lo mas profundo q llego a ponerme...) mola como escribes, haces tb historias... largas??? un besito gordo !!!

ETDN dijo...

jahajaja, esa es la gracia del cuento, Yo-X. Gracias por tu comentario, me alegro de que te haya gustado, y de que me leas. Sí, tengo cuentos más largos, pero no sé si colgarlos porque dudo de si resultarán muy pesados para leerlos en el blog...aunque quizá cuelgue alguno próximamente.

besos para ti también

Estoicolgado dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Estoicolgado dijo...

en post cómo el anterior, yo tampoco supe que decir.
en este tan solo... que mola! xD

muuuuaks

Mi Chica dijo...

Hay ciudades perdidas...ciudades de nadie en las que parece que un determinado futuro pueda ser posible...

Un beso.

Anónimo dijo...

Así que Amsterdam...Donde las flores no sólo se huelen, ¿no?

Me ha gustado mucho el relato. A mí me queda aún demasiada Europa por conocer. Bueno, a cambio, me dieron un masaje en Thailandia, estuvimos en un tiroteo en Panamá. Claro, no tiene el mismo lirismo...

El tercer verso, aha. ¿Y cómo es eso de que tal vez el próximo destino sea el Norte? (Celos)

Maribel Sánchez dijo...

Hay frases en este texto de esas que calan hondo y que apetece volver a releer. Así que me callo que voy de neuvo :))

Besos

Felipe Díaz-Miranda dijo...

Nunca me había yamado la atención...
asta aora!

=D

Felipe Díaz-Miranda dijo...

X cierto...
me alegra ver q sige descubriendo cada día mas gente a Pablo Moro, un auténtico ccrak!

Yo me enamoré de su 1º disko cuando toké en san mateo en la plaza de la catedral de oviedo ace unos años...


Ami Querejeta me sumergió en QUike Gonzalez... otro genio

aunqueyonoescriba dijo...

menudo giro!! me has dejado helada!!

Yo-X dijo...

Ola wapa!!! aki viene el poco profundo!!! mmmmm profundo... !!!! qtal el viernes??? un besito gooordo!!

Belén dijo...

Pedazo post leñe... estaba yo recordando lo bonito que es Amsterdam y casi he notado el cuchillo ostras!!!!!!

Muy bueno si señor :)

Besos

Anónimo dijo...

Tóc, tóc!! Hoola!! estoy de vuelta .... como el almendro, jejejeje!!! (guiño navideño)
espero que perdones mi ausencia de este tiempo, etdn. lo bueno de volver a tus sitios favoritos es reencontrarte con lo familiar, con lo que te hace sentir agusto y al mismo tiempo, con novedades .... sí, sí ..... me he puesto al día de todos tus post y como siempre los he disfrutado.
geniales las estampas de amsterdam y genial tu historia; êowyn no ha cabalgado todavía por esas tierras, pero desde que leyó hace tiempo este relato (shhhhh! secreto!), lo apuntó en su lista de "próximas visitas imprescindibles". Me gusta mucho el final, la idea de seguir vagando, esperando, a pesar de que no hay vuelta de hoja ... es la esperanza infinita, no? la melancolía, el romanticismo, la esencia de uno mismo, en fin.
siento no formar parte de esa gran familia de seguidores de Doctor en Alaska. Yo soy ave diurna, y el baile de horarios televisivos siempre puede conmigo y termina ganando. pero existe un maravilloso burrito informático, al que he convertido en mi baúl de los recuerdos, y me parece que le voy a pedir que me lleve hasta Cicely .... se escribe así, no? O'Connell, no? .... voy pillando algo, sí, sí .....
tus fugacidades son siempre un auténtico descubrimiento para mí, que por amor al relato, y también por vaguería, había dejado de lado a la poesía. ahora gracias a tí me estoy aficionando y enganchando. como siempre, tu sinceridad resulta brillante cuando la envuelves de poesía.
quiero que recuerdes que aunque no soy una de tus habituales, siempre tengo en mente buscar un ratejo y pasearme por aquí a recargar pilas (esta vez no remitiré excusas).
sigue así y no me cambies, eh?
muchos besos guapetona, con todo mi cariño y mi admiración devota,
tu êowyn.