La vida consiste en equivocarse, cada uno a su manera. -Manuel Vicent-

Es preciso tener un caos dentro de sí para dar a luz una estrella fugaz.-Nietzsche-

La vida es una mezcla de aquello que deseamos hacer con ella y aquello que somos capaces de hacer con lo que ella nos trae.-Sergi Bellver-

martes, 19 de mayo de 2009

Nostalgia de Benedetti



Hay autores que descubrimos en la adolescencia o la primera juventud y que, de una manera u otra, nos acompañan toda la vida. Mario Benedetti es uno de mis autores iniciáticos. Recuerdo la Antología Poética de Alianza Bolsillo de mi madre (marcada con sus iniciales, como todos sus libros, algunos de los cuales forman parte ahora de mi biblioteca) que, a hurtadillas, cogía de la estantería para copiar poemas en mi carpeta del colegio. Mis apuntes reposaban entre solapas en las que, con mi mejor letra, saltaban esos poemas de amor sencillos y a la vez tan contundentes, tan directos. Táctica y estrategia, Hagamos un trato, Corazón coraza, que yo transcribía en segunda persona, en vez de con el “usted” o “vos” del original, y que mi madre me fue regalando en forma de banderines para colgar de la pared. Viceversa, Amor de tarde, Bienvenida, con esos dos versos finales que para mí siempre simbolizaron lo que debía ser el amor: sé que voy a quererte / sin preguntas / sé que vas a quererme / sin respuestas. Mi madre tenía marcados algunos, que, al principio, no coincidían con los que más me gustaban. Pero fui leyéndolos y creciendo con ellos y acabé haciéndolos míos también. Me sirve y no me sirve (sí me sirve la vida / que es vida hasta morirse/ el corazón alerta / sí me sirve) , Vamos juntos (con tu puedo y con mi quiero / vamos juntos compañero), Decir que noEsa antología fue uno de los primeros libros que compré, en una edición más moderna y perteneciente ya a la “Biblioteca Benedetti” de Alianza, cuando me independicé. No concebía mi biblioteca sin él. Hay un poema con mi nombre, aunque es muy triste: habla de un naufragio.

Después, ya en la Universidad, Despistes y franquezas se convirtió en uno de mis títulos de cabecera y todavía hoy es uno de mis libros más queridos. En ese volumen descubrí los microcuentos y me aficioné a los relatos breves. Con maravillas como El sexo de los ángeles, Salvo excepciones, Traducciones, Lingüistas, como esta:


Su amor no era sencillo

Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.


Después, seguí “robando” a mi madre los libros de Benedetti que ella iba comprando, o que le iba regalando en cada Feria del Libro: Poemas de otros, El olvido está lleno de memoria. Otros, como Buzón de tiempo, me lo regaló ella. El año pasado, por mi cumpleaños, compré Vivir adrede, cuya lectura me acompañó durante el verano. Y, aunque he de reconocer que estos últimos libros no me han causado la emoción de aquel descubrimiento, de aquellos poemas y relatos que me marcaron cuando yo empezaba a disfrutar de (y con) la literatura, siempre se saca algún aprendizaje de su lectura. La vida, el conocimiento y los años me han llevado por otros derroteros literarios y Benedetti se ha quedado como un recuerdo de juventud, como un abuelo entrañable al que se le guarda cariño por lo que nos enseñó en su día. Sus libros me abrieron caminos, nuevas formas de entender la poesía y, de paso, de comprenderme un poco mejor a mí y al mundo. Con Benedetti empecé a leer con otros ojos y se despertó en mí el ansia de escribir, de aprender, de explicar la realidad a través de narraciones, de palabras, de historias inventadas, de poemas que hablaban con sencillez de las tardes en la oficina, del amor, del compañerismo, de las injusticias. Mis primeros poemas son deudores de los suyos y, de alguna manera, sus letras siempre han estado presentes en mí.

Hace unos años, en la Feria de Artesanía que ponían por Navidades en Recoletos, compré este marquito con este hermoso poema (y con errata incluida) que hace unos meses ya colgué en este blog. Vino a mí, en un momento en que esos versos me hablaban especialmente. Porque hay que ser conscientes de la felicidad cuando se está viviendo y saber también que el presente está condenado a ser nostalgia. Pero, una vez hecha recuerdo, quedará para descongelar futuros. Para saber que, al menos una vez, en algún momento, fuimos felices.


Descanse en paz, don Mario. Maestro.



Nota.- Mañana, día 20 de mayo, este blog cumple dos años. Gracias a vosotros, que estáis al otro lado de la pantalla y que dejáis huella en el Área de Descanso, en esta tierra que hace tiempo dejó de ser de nadie.




5 comentarios:

Microalgo dijo...

Lo de fabricar nostalgias futuras llegué a pensar que lo había pensado yo... ya veo que no.

Me dijo Princesa sin Sapo (paisana de él) que Benedetti había pedido que lo enterraran con un bolígrafo.

¿Con qué nos enterrarán a nosotros?

Un beso.

D13GO dijo...

"Mi estrategia es
que un día cualquiera,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
por fin me necesites."

Bueno. Pues se nos va otro genio. Creo que joyas como "Táctica y estrategia" "Te quiero" o "No te salves"(que aparece a la derecha de mi blog desde hace ya unos meses) siempre van a estar con nosotros.

Mi Chica dijo...

Feliz segundo cumpleaños!!! Qué sean muchísimos más!

Un beso ETDN

__ dijo...

Ayer día 20 felicité todos los no cumpleaños, a tu querido Área de Descanso no le tocó, así que hoy día 21 lo hago deseándole un feliz no cumpleaños especialmente dedicado a ETDN, dedicado a ti.

Besos, Ignacio

eldiaridekafka dijo...

Felicidades atrasadas!

Dos años muy bien llevados...

Y queremos seguir disfrutando más.

Un beso.