La vida consiste en equivocarse, cada uno a su manera. -Manuel Vicent-

Es preciso tener un caos dentro de sí para dar a luz una estrella fugaz.-Nietzsche-

La vida es una mezcla de aquello que deseamos hacer con ella y aquello que somos capaces de hacer con lo que ella nos trae.-Sergi Bellver-

martes, 19 de agosto de 2008

La ciudad del viento

Soy veraneante accidental en la ciudad del viento...

Quique González. La ciudad del viento






Llegó la hora de regresar. Madrid me recibe calurosa y agosteña, debatiéndose entre la actividad y la pereza, como corresponde a las ciudades que no cierran por vacaciones, donde el verano se soporta con aire congelado y artificial y, con suerte, entre el azul de las piscinas de asfalto, robándole horas a la siesta o al fin de semana. Nada más llegar abro las ventanas y una bofetada espesa me recuerda que el calor no ha acabado pero mi verano sí. Después de las vacaciones no hay más verano: sólo queda esperar el otoño, que ya se anticipa en los escaparates de las tiendas. No hay donde comprar un bikini a finales de agosto, apenas quedan restos de saldo y los maniquíes se abrigan con jerseys de cuello alto. No hay más verano y las canciones recrean la nostalgia. Siempre me puso triste aquel fúnebre redoble de tambores que ponía banda sonora a las despedidas veraniegas, en la voz del Dúo Dinámico: El final del verano llegoooooó (tarrantatantantán).





Este verano he partido y regresado dos veces, aunque mis recuerdos pertenecen al sur. Un verano, por fin, después de los que no. Las miradas al sur, los recuerdos de entonces, canta Quique González.







Me bajé en una estación anterior a mi destino, burlando la tinta impresa del billete, impaciente de sonrisas y abrazos. Me sentí en casa. Los amigos son la familia que nos permitimos elegir, dice un amigo mío. Después, todo fue fácil. Nada perturba cuando se es feliz. Los cambios de planes, los viajes de tres horas en coche para llegar a una playa que estaba a 30 kilómetros, las bromas tontas, las risas compartidas, las rocas asesinas, los dedos morados, las playas anchas y salvajes, mi torpeza, mi pavor a las avispas, mi querencia por los agujeros y por rebozarme en la arena. Momentos felices, todos. Las tortitas del desayuno, las conversaciones de madrugada, las noches en el Pay-Pay, los mojitos envenenados, la música de fondo en el coche. Ser testigo del amor y la amistad por encima del cansancio, las decisiones, las obras, las mudanzas, los estómagos sangrantes, la falta de sueño, sobreviviendo al presente entre el pasado superado y el futuro incierto. Una noche de regalo, sin viento y con estrellas, entre el mar y las ruinas romanas, las luces de África al fondo y el firmamento limpio en lo alto. Los guionistas se portaron: el escenario perfecto para ese album de recuerdos del sur. Ser consciente de la plenitud, de la alegría, de la paz es un lujo que no siempre tenemos la oportunidad de disfrutar. Noche bella, plena. La luna, escondida, al final apareció, en la ventana.




Escribo esto en este domingo raro, 17 de agosto, todavía festivo pero víspera ya de la vuelta a las rutinas. Apuro este día de tránsito con unas cuantas alegrías, el oro de Nadal, la risa balsámica al otro lado del teléfono, el artículo de Luis García Montero sobre el Sur, ese Sur como metáfora de la alegría, de la calma, de la lentitud, de la naturaleza que se despliega luminosa y bella, donde la gente aplaude las puestas de sol. Leedlo, merece la pena. En el Sur no deben tener prisa ni los pensamientos, ni los coches, ni los desnudos. La sensualidad y la belleza requieren su tiempo.

Y de fondo, Quique González. Te conocí en Conil de la Fra, nunca es primavera donde tú creciste...




6 comentarios:

Transeúnte dijo...

Escribes de tal forma que hasta duele. Tu forma de escibir me encandila.

Carlos Frontera dijo...

Todo se acaba, ETDN, incluso el Sur. Qué le vamos a hacer.
Veo que has vuelto con la pluma cargada. Excelente la evocación de tus vacaciones.
Yo, que soy del Sur (más metafórico que geográfico, como bien indica García Montero en su artículo), no puedo dejar de alegrarme por las impresiones que traes de vuelta; aunque uno no alberga nada parecido a un sentimiento nacionalista, no puede evitar cierto orgullo, y no me preguntes por qué.
Volviendo al artículo de García Montero, comparto punto por punto lo que dice. Conviene no confundir a Andalucía con el Sur. Andalucía es una realidad geográfica y política, y el Sur es una metáfora. De cualquier forma, tengo la impresión de que esa concepción del Sur sólo es alcanzable para quien está de paso; los que somos de aquí, lamentablemente, vivimos más la realidad geográfica y política que la metáfora.
Pero bueno, no he venido aquí a hablar de Andalucía ni del Sur, sino a saludarte a tu regreso (si no me equivoco, por los datos que das has estado en la zona de Cádiz, esa playa junto a las ruinas romanas, con África de fondo, debe ser Bolonia).
Besos y un place leerte de nuevo.

Anónimo dijo...

Vuelva por acá. El otoño tiene su qué en la Sierra...

...

... y está bien, me llevaré esta vez la guitarra. Allá usted, se lo advierto.

Un besazo.

ETDN dijo...

TRANSEUNTE: Bienvenid@ al Área de Descanso, gracias por tus comentarios, te espero por aquí. Siempre es un gusto descubrir nuevos visitantes, y que le descubran a una.

VIAJERO: Supongo que una de las ventajas de las vacaciones y los alejamientos en general es el placer de los reencuentros. Me alegra que nos reencontremos. Aún no me ha dado tiempo a visitar los blogs, ¡se me acumula el trabajo!, pero prometo ponerme al día.
El artículo fue una de esas que yo llamo "casualidades austerianas": fue regresar con mi cabeza llena de Sur y leer el artículo, algo providencial. Grande, García Montero. Y sí, claro, fue Cádiz. Y los amigos DE y EN Cádiz. Besos, nos leemos.

DON MICRO: Además de impaciente, es usted insaciable, veo. Ummm, cómo me excitan las amenazas, jajajja. Besote y abrazo de koala.

eldiaridekafka dijo...

Lo malo de lo bueno es que se acaba, pero lo mejor es que siempre surge algo bueno. Dicho de otro modo, dicen que vivir feliz de manera permanente acaba cansando.

Bienvenida! Espero que hayas pasado unas buenas vacaciones y que hayas descansado/gastado tus energías.

Ya se te echaba de menos.

Un beso.

PD: pemíteme que la música la deje para mañana, que ahorita mismo están actuando por aquí cerca.

Gemma dijo...

El Sur es sin duda una categoría mental. A mí que soy del Norte, fíjate, me encantaría pertenecer a ese Sur tan magnífico.

A Cádiz, por ejemplo.

Besos de vuelta. Y bienvenida.
PS: Cualquier día me da la ventolera y me instalo en la Cueva, jeje.