La vida consiste en equivocarse, cada uno a su manera. -Manuel Vicent-

Es preciso tener un caos dentro de sí para dar a luz una estrella fugaz.-Nietzsche-

La vida es una mezcla de aquello que deseamos hacer con ella y aquello que somos capaces de hacer con lo que ella nos trae.-Sergi Bellver-

miércoles, 20 de agosto de 2008

Indeseada improvisación

Esta entrada no estaba prevista. Preferiría empaparos con mis recuerdos felices del verano. Pero en esta tarde resulta impúdico recrearse en la alegría. He improvisado este grito sin pensar, tal y como surgía, vómito de palabras que quiebran la quietud de finales de agosto. Ahí va, directamente de mis dedos a la pantalla. Porque no puedo quedarme callada ante el silencio que hoy ha querido esparcir el azar, maldito tramposo con sus órdagos incontestables.



Tarde triste y rara.
Qué soledad morir en agosto.
No hay supervivientes.
Vencer a la muerte no garantiza salvar la vida.
A un político en la tele le tiembla la voz.
Las pantallas vomitan datos y dolor.
Llamas y humo que dejan inútiles las palabras.
No hay explicaciones, aunque todos se esfuercen en ofrecerlas.
Cháchara inútil ante la fragilidad de la existencia.
El azar es extraño,
cuando perder un avión equivale a ser bendecido por la suerte.
Es tiempo de verano
pero la muerte no sabe de vacaciones.
Ociosa, la desgracia se ceba con quien se permite la alegría
o la despreocupación
de elevarse persiguiendo un sueño
un viaje anhelado
un descanso merecido
un regreso al hogar o a la rutina.
Las televisiones no dan tregua
explotan lo que ya ha estallado,
no respetan ni el silencio de los muertos.
Las lágrimas corren más amargas
en esta tarde extraña.
Apago las imágenes
y me engancho a las voces amigas.
No quiero morir tan pronto.


Nota al pie.- Leo el artículo de Enric González en EL PAÍS y lo enlazo, porque también soy periodista, porque sé lo que es estar ahí.



9 comentarios:

eldiaridekafka dijo...

Mayoritariamente no se puede decidir cuando uno va a dejar de existir, ETDN. A la vida le sucede la muerte, inevitablemente.

Y lo que queda para los que siguen con vida es la sensación de impotencia. Lo sé porque lo veo. Todavía siento el amargor de hace unos días.

Sin embargo, lo peor de esta situación es que no "respetan ni el silencio de los muertos."

Ciertamente la vida no es justa.

LUISA M. dijo...

¡Qué tragedia! Y qué verdad es lo que dices: la muerte no entiende de vacaciones. Hoy, todas las personas que viajamos deberíamos pensar que podíamos ser uno de esos pasajeros del avión accidentado.
Compartir la tristeza y el dolor con las familias que han sufrido este duro golpe y expresar por escrito estos sentimientos -como haces tú- es una forma de contribuir a remover conciencias. Y los informadores y los medios deberían respetar ante todo la angustia y el sufrimiento de los familiares.

Transeúnte dijo...

Mmmmm... aunque sea egoísta el decirlo, espero que no volara nadie conocido en ese avión.

Transeúnte dijo...

Buen artículo

Mi Chica dijo...

Bienvenida ETDN,aquí sigo..:).Las vacaciones aún por llegar...este año seré de las últimas..;)

Un beso

Mi Chica dijo...

Ah..el blog no lo cambie consciente...lo estropeé..je.

Gemma dijo...

Me he enterado a través de Internet (pues estoy en Berlín), de los periódicos digitales, y no ha sido menor el espanto. Las muertes masivas lo son siempre. Por la estela negra que dejan en nuestro ánimo.

Bonito homenaje, Marina.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pues sí, ETDN. Cuando toca esa antilotería, pues toca.

Así que hay que vivir, qué remedio. Carpe diem... et noctem.

Anónimo dijo...

Entro a tu blog de rebote y lo primero que me llama la atención es su título: EN TIERRA DE NADIE. Escribo una columna en un periódico y tiene el mismo título.
Del accidente, pásate si quieres por www.escritoresvascos.com y le echas un vistazo a la entrada de mi amigo Alex.
Un abrazo (y a todos los canarios)