Dos noticias científicas han copado en estos días algunas portadas. En Estados Unidos investigadores del Instituto Craig Venter han logrado reconstruir por primera vez el genoma completo de un ser vivo: es el primer paso para crear vida artificial. En Valencia el Centro de Investigación Príncipe Felipe ha presentado un proyecto para clonar células humanas con fines terapéuticos.
Y yo no les hubiese dado demasiada importancia si no fuera por una de esas casualidades o coincidencias que a veces se producen y que nunca dejan de sorprender. No me hubiesen llamado la atención si no estuviese leyendo La noche del tamarindo, última novela de Antonio Gómez Rufo, (Planeta, 2008) en la que se plantea precisamente la posibilidad de alargar la vida mediante la experimentación con células madre y procesos de transformación biogenética.
Hay muchas cosas que llaman la atención en esta novela. En primer lugar, el título. Algo se desvela de su intención en la solapa:
“El tamarindo es un árbol muy peculiar: cuando llega la noche y el sol se va, sus hojas se cierran sobre sí mismas y dejan visible el tronco, que puede contemplarse en toda su desnudez (...) Lo mismo sucede con muchas de las emociones que asaltan en la vida: por la noche son más visibles los gozos y los sufrimientos, las esperanzas y las decepciones. Más evidente la vida; pero también más evidente la muerte”.
El protagonista, Vinicio Salazar, es un hombre rico, inmensamente rico. Pero su fortuna no le sirve de nada porque con ella no puede comprar la vida de quienes ama y todo el dinero del mundo no le sirve para alejar de sí la soledad: esa soledad profunda que se siente en mitad de la noche, que acompaña en las madrugadas como una cantilena que uno no puede sacar de su cabeza ni de su alma.
Solo y desolado, decide vengarse de la muerte prolongando su vida hasta más allá de lo razonable, persiguiendo una inmortalidad que lo hará eterno. Cueste lo que cueste. Su empeño le ciega y con su fortuna compra vidas, silencios y voluntades. En su desesperación y con su inmensa fortuna, cuestiones éticas como el asesinato, el tráfico de órganos infantiles o la experimentación científica con seres humanos no son más que obstáculos menores fáciles de sortear.
“Con sus posibilidades, amigo mío, no hay leyes humanas o divinas que supongan portón a sus deseos. Quiero decir que no se frene en barreras, ni ahorre calderilla en caprichos, que la penitencia de cumplir las leyes sólo es obligatoria para pobres, dóciles y rendidos”, le llega a decir uno de los personajes a Salazar.
"La sociedad se las había ingeniado para que unos pocos seres humanos alcanzasen la fortuna e indicasen a los demás que, si se comportaban de una manera obediente y sumisa, tal vez podrían obtener también el éxito. La sociedad escogía con sus tentáculos soluciones individuales, no amparaba a la colectividad. El centro del mundo no era el ser humano, sino algunos seres disciplinados, cómodos, rendidos, esclavizados. Y en ese modelo social, ¿quién era él? Tan solo un millonario indecente con una fortuna indecente pretendiendo llevar a cabo una aspiración indecente."
Da qué pensar, sin duda.
Más frases de La noche del tamarindo:
"Yo siento por Van Gogh algo que no sabría explicar: mirar uno de sus cuadros es convencerse de que es posible descubrir dónde se esconden las almas."
"El amor no es tiempo: es un espacio."
"La soledad no es menor por conocer a alguien, sino porque alguien le reconozca a uno."
"Cuando huir se convierte en una necesidad acuciante para reencontrar la libertad, cualquier otro bien queda enmascarado, incluido el de la propia libertad, aunque ello pueda parecer una paradoja. Huir para alejarse del drama es un engaño del deseo y también una necesidad de incautos porque quien huye acarrea el drama hasta donde el destino lo lleva, igual que si se tratase de un tumor alojado en las costuras del alma. Huyendo es posible distanciarse de las cosas y las personas, incluso de los paisajes; pero no hay lugar donde poder esconderse de las emociones cuando han levantado su almena en las revueltas y meandros por los que va corriendo el imprevisible río de la vida."
"La esperanza y la fuga: dos razones para alimentar la ilusión que quiebra palmeras, el ánimo que siempre es posible cambiar, la ensoñación que dice que ha llegado el tiempo de intentarlo."
"- Te aseguro que no quiero enamorarme. La sola idea de pensarlo me pone triste. Hace mucho tiempo que presiento en todo nuevo amor un futuro olvido, y esa sensación me entristece."
Video: http://www.youtube.com/watch?v=7ZilW1wY3Us
Y yo no les hubiese dado demasiada importancia si no fuera por una de esas casualidades o coincidencias que a veces se producen y que nunca dejan de sorprender. No me hubiesen llamado la atención si no estuviese leyendo La noche del tamarindo, última novela de Antonio Gómez Rufo, (Planeta, 2008) en la que se plantea precisamente la posibilidad de alargar la vida mediante la experimentación con células madre y procesos de transformación biogenética.
Hay muchas cosas que llaman la atención en esta novela. En primer lugar, el título. Algo se desvela de su intención en la solapa:
“El tamarindo es un árbol muy peculiar: cuando llega la noche y el sol se va, sus hojas se cierran sobre sí mismas y dejan visible el tronco, que puede contemplarse en toda su desnudez (...) Lo mismo sucede con muchas de las emociones que asaltan en la vida: por la noche son más visibles los gozos y los sufrimientos, las esperanzas y las decepciones. Más evidente la vida; pero también más evidente la muerte”.
El protagonista, Vinicio Salazar, es un hombre rico, inmensamente rico. Pero su fortuna no le sirve de nada porque con ella no puede comprar la vida de quienes ama y todo el dinero del mundo no le sirve para alejar de sí la soledad: esa soledad profunda que se siente en mitad de la noche, que acompaña en las madrugadas como una cantilena que uno no puede sacar de su cabeza ni de su alma.
Solo y desolado, decide vengarse de la muerte prolongando su vida hasta más allá de lo razonable, persiguiendo una inmortalidad que lo hará eterno. Cueste lo que cueste. Su empeño le ciega y con su fortuna compra vidas, silencios y voluntades. En su desesperación y con su inmensa fortuna, cuestiones éticas como el asesinato, el tráfico de órganos infantiles o la experimentación científica con seres humanos no son más que obstáculos menores fáciles de sortear.
“Con sus posibilidades, amigo mío, no hay leyes humanas o divinas que supongan portón a sus deseos. Quiero decir que no se frene en barreras, ni ahorre calderilla en caprichos, que la penitencia de cumplir las leyes sólo es obligatoria para pobres, dóciles y rendidos”, le llega a decir uno de los personajes a Salazar.
"La sociedad se las había ingeniado para que unos pocos seres humanos alcanzasen la fortuna e indicasen a los demás que, si se comportaban de una manera obediente y sumisa, tal vez podrían obtener también el éxito. La sociedad escogía con sus tentáculos soluciones individuales, no amparaba a la colectividad. El centro del mundo no era el ser humano, sino algunos seres disciplinados, cómodos, rendidos, esclavizados. Y en ese modelo social, ¿quién era él? Tan solo un millonario indecente con una fortuna indecente pretendiendo llevar a cabo una aspiración indecente."
Da qué pensar, sin duda.
Más frases de La noche del tamarindo:
"Yo siento por Van Gogh algo que no sabría explicar: mirar uno de sus cuadros es convencerse de que es posible descubrir dónde se esconden las almas."
"El amor no es tiempo: es un espacio."
"La soledad no es menor por conocer a alguien, sino porque alguien le reconozca a uno."
"Cuando huir se convierte en una necesidad acuciante para reencontrar la libertad, cualquier otro bien queda enmascarado, incluido el de la propia libertad, aunque ello pueda parecer una paradoja. Huir para alejarse del drama es un engaño del deseo y también una necesidad de incautos porque quien huye acarrea el drama hasta donde el destino lo lleva, igual que si se tratase de un tumor alojado en las costuras del alma. Huyendo es posible distanciarse de las cosas y las personas, incluso de los paisajes; pero no hay lugar donde poder esconderse de las emociones cuando han levantado su almena en las revueltas y meandros por los que va corriendo el imprevisible río de la vida."
"La esperanza y la fuga: dos razones para alimentar la ilusión que quiebra palmeras, el ánimo que siempre es posible cambiar, la ensoñación que dice que ha llegado el tiempo de intentarlo."
"- Te aseguro que no quiero enamorarme. La sola idea de pensarlo me pone triste. Hace mucho tiempo que presiento en todo nuevo amor un futuro olvido, y esa sensación me entristece."
Video: http://www.youtube.com/watch?v=7ZilW1wY3Us
Más sobre la novela en: http://nochesdetamarindo.blogspot.com/
Más sobre el autor en: http://www.gomezrufo.net/
12 comentarios:
Muchas gracias por tu firma, pasaré por aquí todos los días a respirar hondo. Siempre es agradable encontrar blogs así.
Un saludo.
Es mejor ser vampiro hacia fuera, o entre sí. La canción que te dediquen… si es propia, mejor. No? Aunque ya veo bien ponerle blues al blues… algún día. Yo también lucho contra el tiempo… y crecer no quiero, o al menos que no lo noten. Cuestiones como las de este libro… entretienen. Tendré que volverme a hacer con él y leerlo. xD
Estoy en parte de acuerdo con la última frase… aunque no quiera.
Muchas gracias por visitarme! muuuuuuuaks
...muy ilustrativo y recapacitador..
Un gran beso ETDN.
Jo, y a mí que me suena este escritor... Y el libro, si la cosa es que el libro también...
has despertado mi curiosidad... sobretodo porque es un autor que no conozco... gracias por ampliar mis horizontes
Me han gustado algunas frases, sobre todo la última.
Un besito.
No sé si es lo que pretendías...
pero después de alguna frase.
Me he quedado pensando.
Saludos y gracias x tus asiduas visitas
Ciertamente eres provocativa... A ver si acabo el libro que tengo en mi mesita y me pasaré por la librería.
Besos
Después de lo que has escrito sobre la novela, no queda más remedio que leerla. Gracias por dármela a conocer.
Un beso muy grande.
uff..la última frase es terrible..miedo al mañana..nooo..hay que sucumbir por lo menos una vez..besos.
Así de entrada buena pinta. No comparto las últimas frases, entre otras cosas porque creo que el enamoramiento no se planifica, ni se elige, viene, a bocajarro, sin avisar, y te agarra, aunque no quieras. Renunciar a ello? otra pose más, algo aparentemente poético, pero para mi real. renegar de las sorpresas va contra el carpe diem que tanto se destila por ahí, así que definitivamente, no, no me gusta ni comparto el último párrafo.
En cuanto a lo que el amor es un espacio, yo diría que también es un espacio, es la cuarta dimensión, sin duda.
No sé si lo leeré porque tengo tantos pendientes...pero me fio de tu opinión, of course.
PD: cuanto más largo el escrito menos comments, por qué será? Íker tiene la respuesta: no se lee, se postea.
pretencioso y mal escrito, lleno de frases grandilocuentes, mi impresión es: oscurezcan las aguas para que parezcan profundas (una cita , ya que tanto le gustan al autor). Infumable, gómez-rufo.
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