Denia, 10 de agosto de 2012
La brisa en la terraza. Las lecturas atrasadas. La paz
alterada por los niños que gritan, que corren; por los adolescentes que ríen a
gritos; por los gemidos de una muchacha (¿o es una mujer?) que no se sabe si
son de angustia o de placer. Es ambigua la melodía del orgasmo.
Un gato (¿o es una gata?) se pasea ufano por el jardín y mi madre lo espanta a
manguerazos.
Una cría de salamandra (¿o es una lagartija?) se ha instalado entre la pared y el
techo de la terraza. Ha elegido esa sombra, aunque ya es medianoche. Es tan
chiquitita, tan mona. Le hago una foto con flash y ni se inmuta, como si
estuviera acostumbrada a que la fotografíen, como si no le sorprendieran en
absoluto las extrañas conductas de los humanos ni le molestaran las luces
intempestivas. Pensaba que saldría corriendo, pero no. Se queda ahí, muy
quieta, un buen rato.
He seguido leyendo y cuando he vuelto a mirar ya no estaba.
Humanos y animales. ¿Quién debe temer a quién?
2 comentarios:
sin duda los animales a los humanos, pero, deben ser mucho más inteligentes, ya que se da lo contrario
nunca temas a una salamandra, te lo dice quien ha dormido en una habitación con varias durante muchas noches
Los segundos a los primeros, sin duda.
Y sí, es una salamanquesa (Tarentola mauritanica, probablemente).
http://es.wikipedia.org/wiki/Tarentola_mauritanica
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