El orden es, efectivamente, un
sueño del hombre, pero el caos, que no es más que otra palabra para referirse a
la suerte ciega, tonta y estúpida, sigue siendo la ley de la naturaleza.
Puedes hacer todos los planes que
quieras. Puedes estar tumbado en la cama por las mañanas y llenar cuadernos
enteros de proyectos e intenciones. Pero en una sola tarde, en cuestión de
horas o minutos, todo lo que planeas y todo lo que has luchado por hacer de ti
mismo puede quedar tan deshecho como una babosa a la que cubres de sal. Y hasta
en el preciso momento en que te estás disolviendo y convirtiendo en espuma,
puede que sigas creyendo que las cosas te van bien.
***
Los malvados y los infelices
siempre han robado el protagonismo del espectáculo, porque el pecado y el
sufrimiento han sido las experiencias humanas más universales. En rigor, el
héroe del Paraíso perdido era Cristo; pero en realidad lo era Satán. La
grandeza caída siempre fue más instructiva que la perfección desvaída.
***
- Tienes una idea equivocada de
lo que hacen los escritores. No entienden nada mejor que la otra gente. Sólo se
inventan tramas que sepan resolver. Hacen las preguntas que saben contestar. Lo
que ves en los libros no son personas, son artificios. Novelas o biografías, no
hay diferencia. Yo no puedo reproducir a Charity y Sid Lang, ni mucho menos
explicarlos; y si me los inventase estaría falsificando algo que no quiero
falsificar.
- Yo creía que la ficción era el
arte de crear la verdad con materiales falsos.
- Desde luego. Pero esto sería
hacer falsedades con materiales auténticos.
- Si tú no puedes hacerlo, ¿quién
va a poder?
- Tal vez no pueda nadie
(...)
¿Cómo hacer un libro que
cualquiera quiera leer a partir de unas vidas tan apacibles como estas? ¿Dónde
están las cosas de que se incautan los novelistas y esperan los lectores?
¿Dónde está la vida de lujos y despilfarros ostentosos, la violencia, el sexo
retorcido, los deseos de muerte? ¿Dónde están las infelicidades de barrio residencial,
las promiscuidades, los divorcios convulsos, el alcohol, las drogas, los fines
de semana perdidos? ¿Dónde los odios, las ambiciones políticas, la sed de
poder? ¿Dónde la velocidad, el ruido, la fealdad, todo lo que nos hace quienes
somos y nos hace reconocernos en la literatura?
1 comentario:
Tomo nota del título. Thanks.
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