A veces la existencia
no es más
que la acumulación
de hogares por habitar.
Del poemario inédito Piel de Mudanza
Cada siete años nuestras células
se regeneran por completo. Nuestro cuerpo ya no es el mismo, aunque lo parezca.
Somos otros. El cambio es imperceptible, pero cierto. Inexorable e inevitable.
Implacable.
Siete años y un mes. Suena a
condena, aunque nada más lejos de eso. Una casa puede ser una cárcel, un infierno, pero
también un refugio, un paraíso. Un sitio al que huir y del que huir. Un sitio del que salir y al que regresar. Todo eso, a ratos.
Siete años dan para mucho. Puedo
decir: he vivido. He reído, he llorado, he amado, he sufrido, he reído, me he
aburrido, desesperado, enfadado, dormido, despertado, soñado. Como todos. He
sido feliz e infeliz. Balance perfecto y necesario.
"Los lugares son sólo lo que
ponemos en ellos", escribí una vez. Es cierto, pero algo de nosotros queda
en los lugares que habitamos.
Tengo recuerdos pegados a estas
paredes para siempre. Aunque esta casa desaparezca, aunque esas personas ya no
estén en mi vida, ellos habitaron esos momentos, en este lugar que dentro de
unas horas ya no volverá a ser mío salvo en el territorio mentiroso de la
memoria.
Aquí se gestaron "Los patos
de Central Park", "Piel de Mudanza", este blog, los relatos del
Bremen. Aquí hice y perdí amigos, amantes, parejas.
No hay lugar para el dolor ni la
nostalgia. Yo he decidido abandonar este espacio. No sé si he pensado bien los
motivos, si la decisión ha sido precipitada. Cada impulso obedece a una razón,
aunque no siempre se nos desvele. Y quizá esta atmósfera empezaba a hacerse
tóxica. Quizá mis células necesitaban un aire nuevo, más oxígeno, otro lugar en
el que crecer, en el que seguir cambiando.
Echaré de menos los atardeceres, los desayunos viendo amanecer, el árbol transformándose con las estaciones. A cambio de las vistas tendré una
terraza, menos armarios, diez minutos más hasta el metro o el autobús. Menos
calor en verano, una piscina. Más amigos en casa. Un sofá cómodo. Una cama que
no hará ruido.
Me apetece e ilusiona el traslado. A pesar del cansancio, de las dudas, de la incertidumbre. Cambiar los muebles y la mente. Desplazarme para volver a ubicarme en un sitio nuevo, como si empezara desde cero. El camino recorrido es ventaja, siempre. Sigo en el mismo barrio, cerca de los míos y de ese Retiro que tanto amo. Viviré en la misma calle de mi primer colegio. Volver a la raíz, para echar a volar desde un ático.
Un nuevo escenario para escribir,
para amar, para reír, para llorar, para ser feliz e infeliz. El vértigo de las
pequeñas ilusiones. No estancarse, ni tener miedo a los cambios. Vivir,
aprender.
Qué lejos queda 2005. Qué extraño
está resultando 2012.
Qué distinto va a ser este verano
de planes cambiantes, de amigos y playas del sur, de lujurias y azoteas.
Estoy de mudanza y después de
vacaciones.
Los amaneceres
Los atardeceres
El cielo y la luna
Las nubes
La nieve
El arco iris
7 comentarios:
Cambiar es muy bueno. Suerte.
¡Te deseo que sea un cambio positivo! Conserva y lleva contigo los buenos recuerdos del lugar que ahora dejas.
Me encanta eso que dices:
"Un nuevo escenario para escribir, para amar, para reír, para llorar, para ser feliz e infeliz. El vértigo de las pequeñas ilusiones. No estancarse, ni tener miedo a los cambios. Vivir, aprender."
Hasta la próxima, que escribirás desde tu nuevo domicilio, supongo.
Besos.
Mis mejores deseos para tu nueva vida. Quizás sea ese nuevo lugar dónde vayan este invierno los patos de Central Park.
Besos súper.
Si ya se había escrito todo lo que se podía escribir allá, mejor irse a otro sitio. Y hará allí estupendas fotos. Y el cuento se aplica a otras facetas de la vida. y ya me entiende. Y ya nos vemos.
¿Juega Usted al póker? Pues debería. Ya le contaré.
Te mueves, o sea, unos metros.
Un sencillo cambio de perspectiva (hace que mejoremos la visión del cuadro).
Besos
Acabo de descubrir tu blog. Es mucho leer para un día cinco años de escritura, pero parece que escribes para mi, tal como me siento hoy.
Enrique Urquijo también es la banda sonora de mi vida.
Muchas gracias por este área para descansar y sentarme a secar o a derramar más lágrimas.
Poor cierto, una excepción a esas células que se renuevan cada siete años:
Las neuronas.
Cómo no.
Las hijas de puta neuronas.
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