De pronto se me ocurrió preguntarle al taxista si sabía una cosa.
-¡Oiga!- le dije -. Esos patos del lago que hay cerca de Central Park South…Sabe qué lago le digo, ¿verdad? ¿Sabe usted por casualidad adónde van cuando el agua se hiela? ¿Tiene usted alguna idea de dónde se meten?
Sabía perfectamente que cabía una posibilidad entre un millón. Se volvió y miró como si yo estuviera completamente loco
-¿Qué se ha propuesto, amigo? – me dijo -. ¿Tomarme un poco el pelo?
-No, solo quería saberlo, de verdad.
-¡Oiga!- le dije -. Esos patos del lago que hay cerca de Central Park South…Sabe qué lago le digo, ¿verdad? ¿Sabe usted por casualidad adónde van cuando el agua se hiela? ¿Tiene usted alguna idea de dónde se meten?
Sabía perfectamente que cabía una posibilidad entre un millón. Se volvió y miró como si yo estuviera completamente loco
-¿Qué se ha propuesto, amigo? – me dijo -. ¿Tomarme un poco el pelo?
-No, solo quería saberlo, de verdad.
El guardián entre el centeno. J. D. Salinger. Alianza Editorial.
Estanque del Palacio de Cristal.
Parque del Retiro (Madrid). Diciembre 2009.
4 comentarios:
Uno de mis escritores preferidos. Buena cita para las imágenes :)
¿Y a mí que ese libro como que no? En fin. Para gustos, los colores...
Buenísima elección del extracto. Como toda pregunta que parece absurda, pero en realidad se ha planteado desde un auténtico querer saber, rompe las costuras del traje, se vuelve necesaria y extrema.
Ya no importa qué pasa con los patos. Lo que importa es que nos hemos reodeado de unos "saberes" convencionales y prácticos, por lo que la comunicación humana no es posible fuera de ellos.
Gracias por el extracto, porque me había gustado cuando releí el libro hace poco, pero no me había impactado tanto como ahora que lo veo a él solito.
Gracias a ti, Nán. No te imaginsa cuánto me alegra tu comentario. Desde luego, ese fragmento ha sido muy inspirador para mí. Muy pronto descubrirás por qué.
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