Confeti de árbol en expansión.
Furia en sepia.
Fiesta de hojas tras la ventana.
Alfombra para el asfalto.
Otoño desde el otro lado del cristal.
Viento que se intuye y no duele.
Donde no puede tocarse,
donde no puede sentirse.
Lo desapacible FUERA.
Aquí, sólo la calma.
7 comentarios:
Tu blog es muy interesante, las fotos están muy lindas asi como tus escritos.
Saludos.
Sill
Mi querida Etdn, la Naturaleza puede formar en segundos una sinfonía increible, unas veces dulce y otras no tanto, pero dignas de oirlas y sentirlas.
Esta sinfonía tuya otoñal es de las que como tú dices, deben de quedar fuera y sentir solamente, la calma del hogar.
Un beso muy grande.
Mirar al cielo estos dias es una de la mejores cosas que se pueden hacer en todo el año.
Cuando aparece el azul... no hay otro igual en mucho tiempo.
Besos feisbuquera, Ignacio
Je, je, jé. ¡Qué cabrona, tan a gustito en tu mundo!
Me parece requetebién, que conste.
Suerte tienes de tener la calma ahí dentro.
Al menos.
pero ahora resulta que trabajas en el campo y yo sin enterarme?? vaya foto!!
niña, últimamente hay una calma en tus escritos que me parece de lo más reconfortante...
un beso!!
Las fotos engañan, querida María. Te aseguro que vivo en el centro de la ciudad. Es cuestión de encuadre. Y de calma, tal vez. Besote.
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Ya tocaba, don Micro. Que dure lo que tenga que durar. Que otro poco de locura de vez en cuando tampoco está mal. Son ciclos. No pido más, pero tampoco me conformo con menos. Aunque siempre se puede mejorar.
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Mi mundo es ancho, Nán. Afortunadamente. Y hay varios tipos de ventanas que se abren con el calor y se cierran cuando el frío.
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Amaneció así de gris, pero luego se abrió el azul. A veces pasa. Un besazo, Ignacio. Requeteconectados, sí. Y ya una no sabe si está dentro o fuera.
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Gracias por tus palabras, Malena. Te echaba de menos por aquí. Me alegra haberte contagiado un poco de calma y calor hogareño. Un abrazo fraternal.
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Bienvenida, Sill. Gracias. Vuelve cuando quieras a descansar por aquí.
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