INVIERNO
No hay furia en los atardeceres de invierno
luz que se apaga obediente
temprana y gélida
silenciosamente veloz
terrible como las enfermedades que matan sin doler.
La frialdad hace inhóspita la noche
y un hogar puede ser refugio o cárcel,
o ambas cosas
no se escapa fácilmente de los espejismos.
El calor se vuelve salvación o condena
no se distingue cuando la necesidad nos hace ciegos
todos los abrazos tienen un precio
y hay bocas que muerden en cada beso.
Es dulce la miel que ofrecen los traidores.
El infierno fabrica decorados perfectos
como el amor
o los veranos
de los que no se regresa impunemente.
No se descubre uno perdido en un laberinto
hasta que busca la salida
pero quién quiere huir del paraíso.
Diciembre deslumbra
con sus luces de colores.
Es más confortable una jaula
que la feroz intemperie.
El invierno no es el tiempo de los atardeceres lentos:
más vale que la oscuridad
nos coja protegidos.