Sábado
Sin buscarlo, me asalta la melancolía de las siete de la tarde, la extraña tristeza de la calle solitaria de sábado, el aire caliente que anima unas ramas perezosas. Se ve distinta la tarde con la ventana abierta, resulta más suicida el calor de fuera, más apetecible que el de dentro. Bochorno en la habitación, la cama deshecha sin huellas de sueño, restos de café en el aire: aromas antiguos que impregnan estos muebles desordenados.
Suena el teléfono. La vida reclama mi atención. El reloj otra vez enemigo. Y yo tragándome el tiempo.
Sin buscarlo, me asalta la melancolía de las siete de la tarde, la extraña tristeza de la calle solitaria de sábado, el aire caliente que anima unas ramas perezosas. Se ve distinta la tarde con la ventana abierta, resulta más suicida el calor de fuera, más apetecible que el de dentro. Bochorno en la habitación, la cama deshecha sin huellas de sueño, restos de café en el aire: aromas antiguos que impregnan estos muebles desordenados.
Suena el teléfono. La vida reclama mi atención. El reloj otra vez enemigo. Y yo tragándome el tiempo.